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Xodos

Xodos

El sábado anterior al domingo de la Trinidad, los vecinos de Xodos van caminando en rogativa hacia Sant Joan de Penyagolosa. Lo hacen por el camino más directo, que implica la ascensión al Marinet, y de esta manera recorren los casi 7 kilómetros de distancia escuchando los cantos propios y observando serenamente el paisaje que les rodea.

A pesar de ser uno de los itinerarios más cortos, se puede observar una gran variedad patrimonial. A la salida del pueblo se ubica el molino de Xodos, un edificio lleno de historia y trabajo, algunas fuentes, como la de els Possos o l’Argivello o construcciones como el mas de Mor, con vistas a la cima de Penyagolosa.



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botanica

Botánica

La población de Xodos se sitúa alrededor de bancales de cultivos de secano y pastos, aunque a pocos metros aparece la interacción entre ecosistemas forestales y agrícolas. Los ecosistemas forestales en cotas bajas son principalmente formaciones vegetales de carrascas (Quercus ilex ssp rotundifolia) y pino carrasco (Pinus halepensis), bien estructuradas y con una rica vegetación arbustiva. Por encima de los 1000 metros, los pinares de pino carrasco son sustituidos por el pino negral (Pinus nigra) y el pino rodeno (Pinus pinaster), este último sobre suelos descarbonatados. En estas altitudes es frecuente observar formaciones de sabina albar (Juniperus thurifera), indicativas de un clima más continental. Debe destacarse, asimismo, la presencia de roble valenciano (Quercus faginea), tejo (Taxus bacata) y tilo (Tilia platyphyllos), así como las interesantes formaciones de rebollo o melojo (Quercus pyrenaica) sobre suelos silíceos. Desde el punto de vista bioclimático está situado en el piso supramediterráneo. El itinerario transcurre hacia Sant Joan y la abrupta orografía hace que se vaya subiendo hacia el piso mesomediterráneo y, posteriormente, al piso supramediterráneo, donde se encuentra el ermitorio de Sant Joan de Penyagolosa.


Geología

La población de Xodos, al igual que el trascurso de su itinerario, geológicamente se asienta en el periodo cretácico, sobre margas y margocalizas. La litología va variando en función de la orografía y la época cretácica apareciendo en zonas arenas y arcillas. Sant Joan de Penyagolosa, destino de todas las peregrinaciones, se asienta sobre materiales del periodo cretácico. Aunque los materiales observados pertenecen al mismo periodo, presentan mucha diversidad. En los diferentes recorridos realizados se han reconocido: calizas, calizas ferruginosas, margocalizas y calizas arenosas, dolomías, areniscas, margas y arenas.


Geologia

Fauna 

A grandes rasgos este camino discurre por pinares maduros, bosques galería, bosques de encinas, cultivos de secano, zonas altas con vegetación adaptada a ambientes secos y huertos o cultivos periurbanos. Entre la avifauna potencialmente observable en el camino destacan el alcaraván común, que podremos encontrar en planicies de cultivo de secano; el papamoscas cerrojillo en bosques maduros; y en el caso de detectar urracas, o más comúnmente conocidas en el lugar como garsa, se debe estar atento a la presencia del críalo europeo durante la época de cría, pues parasita sus nidos; también se puede observar pito real en ambientes forestales o zonas agrícolas con arbolado junto con la culebrera europea. Entre los mamíferos, podemos destacar el gato montés, la cabra montesa, la jineta, el tejón o el jabalí.


material

Patrimonio material 

Tras salir del pueblo encontramos el molino de Xodos, que destaca por las dimensiones de su cubo de agua. Siguiendo el itinerario encontramos Els Possos y su fuente, donde descansan los peregrinos de Les Useres. Encaminados hacia el Marinet se encuentra la fuente del Arxivello, y hasta la cumbre, la arquitectura que acompaña el camino forma parte del paisaje modulándolo con piedra en seco. Tras el Pla de la Creu se encuentra el Mas de Mor, una pequeña masía construida a gran altura y con vistas a Penyagolosa.


Patrimonio inmaterial 

La rogativa de Xodos es la cuarta que, de una manera anual, acude al santuario. Antiguamente se celebraba el lunes después del domingo de la Trinidad, el mismo día que llegaban los peregrinos de Culla, que no podían entrar antes de salir los de Xodos.

Ese día la campana convoca a los peregrinos, que acuden al templo parroquial. Durante el trayecto hasta Sant Joan paran tres veces para cantar sendos responsos. Se pide la intercesión de San Juan y demás santos para que les dé salud, paz y agua del cielo, como dicen en el O vere Deus. Caminan por el camino que viene de Les Useres, el mismo de sus peregrinos y también de los de Atzeneta cuando peregrinaban. Remontado el Marinet, en el Pla de la Creu, descansan unos minutos. Muy pronto se oirá la campana del ermitorio que anuncia su cercanía, y la procesión sale a recibirlos. Entran todos juntos y, delante del altar mayor, se entona el último O vere Deus ante la imagen, con las pertinentes invocaciones. Después comienza el descanso merecido. Al poco rato, tiene lugar la misa, de acuerdo con las rúbricas conciliares. Antes cantaban la De angelis en latín y gregoriano. Se termina con el canto de los gozos del santo mientras besan el relicario.

Después de la comida, a media tarde, salen de regreso hacia su pueblo, con el mismo ritual que a la salida por la mañana, y la procesión de despedida regresa al santuario. La peregrinación descansa frente al Mas de Mor y luego en la fuente de Els Possos. Llegados al pueblo entran en el templo parroquial, donde acaba la procesión.


inmaterial
pavimentos

Pavimentos 

En la actualidad quedan tramos empedrados en prácticamente todos los itinerarios a Sant Joan de Penyagolosa. Aunque de distintas dimensiones, de diferentes tipos de piedra y en un estado de conservación variable, cabe destacar la importancia de la conservación de estos tramos.

Los itinerarios culturales valencianos son patrimonio material que debe conocerse, preservar y transmitir. Los caminos valencianos vernáculos no se pueden fechar con certeza, pero entre las variantes encontramos caminos reales, caminos de carro, caminos de herradura, senderos y un largo etcétera. El uso de los caminos perdió su vocación cuando, a mitad del siglo XX, el éxodo rural acabó prácticamente con el sistema de vida masovero arraigado secularmente en la zona de Penyagolosa. En otra época la voluntad era facilitar los accesos a cada lugar del territorio, por lo que era necesario asegurar la durabilidad de los caminos, por esta razón, en algunos casos, se procedió a su empedrado.

Los caminos se empedraban en lugares donde se corría el riesgo de que el firme se deslizase: terrenos muy húmedos y con presencia importante de barro, para reducir la erosión producida por los torrentes de agua, donde el tránsito de animales es intenso, como en los tramos más próximos a los pueblos, y para crear una pendiente constante en los tramos más empinados y facilitar de este modo la subida y bajada de los animales cargados.

El empedrado consiste en el pavimentado del firme de un camino con piedras trabadas unas con otras. Las piedras que conforman el empedrado no están unidas con ningún material ni argamasa, sino que mantienen su posición por el contacto entre ellas. Los espacios donde no hay contacto se rellenan con piedra más pequeña y tierra de la zona para acabar de trabar su movimiento.

Los tramos empedrados forman parte de un patrimonio muy vulnerable que sin mantenimiento corre el riesgo de desaparecer en un período corto de tiempo. Por tanto, hay que pedir la concienciación de todos los usuarios de los caminos en su preservación. Igualmente, se debe evitar llevar a cabo usos agresivos de las zonas pavimentadas.