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Vistabella del Maestrat

Vistabella del Maestrat

El ermitorio de Sant Joan de Penyagolosa recae en el término de Vistabella y, es por esta devoción, que los vecinos de este pueblo van en rogativa tres veces al año hasta este lugar. El domingo de Pentecostés, el 29 de agosto, en honor a la muerte de san Juan Bautista y su natividad, el 24 de junio.

A través de los empedrados del camí dels Pinarets, la población de Vistabella va caminando hacia el plano del mismo nombre para recorrer los aproximadamente 9 kilómetros que la separan de la ermita. Cabe destacar la bella panorámica que ofrece el itinerario de la llanura y la cima de Penyagolosa. Llegados a la font de l’Espino, la peregrinación avanza por los pinares de Sant Joan donde se pueden observar árboles monumentales como el Pi de les Quatre Forques o el Pi del Planàs.


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Botánica

Vistabella se sitúa alrededor de cultivos de secano, principalmente, algunas pastos y campos de labranza donde se plantan cereales. A continuación, deja paso a la interacción entre ecosistemas forestales y agrícolas. Se pueden observar antiguos cultivos donde van apareciendo pimpollos de pináceas y bosquetes de juníperos. Las masías que se encuentran cercanas a los caminos suelen tener antiguos cultivos y restos de olmos (Ulmus minor) u otras especies de árboles. Alrededor de los ríos o riachuelos se puede encontrar una vegetación típica de ribera (Populus). La aparición de quercíneas y pináceas es un indicativo en el camino de la cercanía al Parque Natural de Penyagolosa. Cabe destacar que junto al ermitorio de Sant Joan prevalecen las pináceas. El Pla de Vistabella es la gran extensión donde se cultivan patatas y quercíneas con Tuber melanosporum. El itinerario transcurre desde el piso mesomediterráneo hacia Sant Joan, y la abrupta orografía hace que se vaya subiendo hacia el piso supramediterráneo, donde se encuentra el ermitorio.


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Geología

La población de Vistabella del Maestrazgo geológicamente se asienta en el periodo cretácico sobre materiales como calizas, margas y calizas ferruginosas. Posteriormente, el periodo jurásico se encuentra representado mediante un afloramiento importante al sureste de la población de Vistabella del Maestrat. Los materiales del Jurásico reconocidos en esta zona son: calizas, dolomías y calizas margosas. A continuación, se vuelven a divisar calizas, margas y calizas ferruginosas hasta llegar al Cuaternario (Pla de Vistabella), representado por arcillas hasta llevar a las montañas previas a Sant Joan de Penyagolosa donde principalmente las calizas y margas acompañan el camino junto a arenas y arcillas.  Sant Joan de Penyagolosa se asienta sobre materiales del periodo cretácico, coincidiendo también este periodo en la zona por la que discurre el itinerario del camino. Aunque los materiales observados pertenecen al mismo periodo, presentan mucha diversidad. En los diferentes recorridos realizados se han reconocido: calizas, calizas ferruginosas, margocalizas y calizas arenosas, dolomías, areniscas, margas, arenas y arcillas.


Fauna

La fauna que puebla el término de Vistabella, y por consiguiente el camino a Sant Joan, se basa en aves rapaces, buitres, jabalí, cabra montés, pequeños roedores, etc. A lo largo de los caminos, cuyo inicio parten o pasan próximos a núcleos urbanos, se observa la presencia de cultivos de secano, algunos de ellos aterrazados y otros, como el Pla de Vistabella, en grandes extensiones de cultivos extensivos, donde se combina el cereal, el cultivo de patata y el cultivo de trufa, con mosaicos de bosquetes y linderos. De una forma menos representativa también se cultivan viñas.

En el Pla es fácil encontrar el alcaraván, especie que únicamente se puede observar en dos caminos, en este y en el de Xodos. Además, en estos caminos se observan bosquetes de enebros y sabinas en zonas pedregosas, prados y herbazales de ambientes frescos, hábitats donde se pueden observar chovas piquirrojas durante el invierno sin necesidad de ascender a la cumbre de Penyagolosa. En el pico se puede observar el acentor alpino durante el invierno.


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Patrimonio material

En los primeros kilómetros del camino destaca la ermita de Sant Antoni, junto al cementerio que da pie a la bajada hasta el Pla de Vistabella por un camino entre paredes y bancales de piedra en seco. Dejando el Alforí y su fuente atrás, el camino discurre hasta el Espino y su fuente, donde se adentra a través de los montes de pino hasta el ermitorio de Sant Joan. El camino está rodeado de masías, que no interceden en él, pero que demuestran la vital importancia del Pla en otra época.


Patrimonio inmaterial 

El pueblo de Vistabella va tres veces al año oficialmente al santuario de Sant Joan de Penyagolosa. Dos en romería festiva, y el 28 de agosto, día de su degollación.

El trayecto pasa por la calle Major camino del cementerio y la ermita de Sant Antoni, y se cantan las letanías de los santos y el O vere Deus. La antigua procesión de despedida queda reducida al mínimo por los que se quedan en el pueblo, y los demás, incluso las autoridades, siguen por el antiguo camino real hasta Sant Joan.

La campana del santuario anuncia que la peregrinación está próxima y su propia procesión sale a recibirla con la imagen del santo en la peana. Se saludan con el choque del “Misericordia” entre los estandartes, las cruces procesionales y los relicarios. De nuevo se entona el O vere Deus y las letanías, ahora en castellano, y se dirigen al interior del templo. Entran por la puerta principal. Las invocaciones son las titulares y otras de especial devoción de Vistabella: San Juan Bautista y Santa Bárbara, San Antonio y San Bartolomé, y acaban con Omnes sancti et sanctae Dei, para que intercedan por ellos. Al terminar se descansa unos minutos hasta que comienza la misa, que acabará con el canto de los gozos del titular, mientras los peregrinos besan la reliquia del santuario.

Después de comer, a media tarde, se forma la procesión de salida con el mismo ritual que la de la mañana en el pueblo. Pasan todos los peregrinos ante la cruz, el relicario y la imagen del santo en la peana. Con el último termina su misión y regresa al templo.


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pavimentos

Pavimentos 

En la actualidad quedan tramos empedrados en prácticamente todos los itinerarios a Sant Joan de Penyagolosa. Aunque de distintas dimensiones, de diferentes tipos de piedra y en un estado de conservación variable, cabe destacar la importancia de la conservación de estos tramos.

Los itinerarios culturales valencianos son patrimonio material que debe conocerse, preservar y transmitir. Los caminos valencianos vernáculos no se pueden fechar con certeza, pero entre las variantes encontramos caminos reales, caminos de carro, caminos de herradura, senderos y un largo etcétera. El uso de los caminos perdió su vocación cuando, a mitad del siglo XX, el éxodo rural acabó prácticamente con el sistema de vida masovero arraigado secularmente en la zona de Penyagolosa. En otra época la voluntad era facilitar los accesos a cada lugar del territorio, por lo que era necesario asegurar la durabilidad de los caminos, por esta razón, en algunos casos, se procedió a su empedrado.

Los caminos se empedraban en lugares donde se corría el riesgo de que el firme se deslizase: terrenos muy húmedos y con presencia importante de barro, para reducir la erosión producida por los torrentes de agua, donde el tránsito de animales es intenso, como en los tramos más próximos a los pueblos, y para crear una pendiente constante en los tramos más empinados y facilitar de este modo la subida y bajada de los animales cargados.

El empedrado consiste en el pavimentado del firme de un camino con piedras trabadas unas con otras. Las piedras que conforman el empedrado no están unidas con ningún material ni argamasa, sino que mantienen su posición por el contacto entre ellas. Los espacios donde no hay contacto se rellenan con piedra más pequeña y tierra de la zona para acabar de trabar su movimiento.

Los tramos empedrados forman parte de un patrimonio muy vulnerable que sin mantenimiento corre el riesgo de desaparecer en un período corto de tiempo. Por tanto, hay que pedir la concienciación de todos los usuarios de los caminos en su preservación. Igualmente, se debe evitar llevar a cabo usos agresivos de las zonas pavimentadas.


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