La peregrinación de les Useres es la más representativa de los valores patrimoniales inmateriales del entorno de Penyagolosa. El último viernes del mes de abril, pelegrins, cantores, cargas y otros acompañantes, van caminando a la ermita de Sant Joan para volver al día siguiente, pidiendo salud, lluvia y paz.
Los peregrinos recorren los 26 kilómetros que separan les Useres de Sant Joan en un entorno cargado de historia. En este itinerario se encuentra Sant Miquel de les Torrocelles, ermita fortificada del siglo XIII. Se localizan también numerosas masías, destacando el mas de Blai de la Vall o els Possos, justo al lado de Xodos. Cabe destacar también de la subida a la lloma Bernat o al Marinet, cimas de gran belleza paisajística y entornos de biodiversidad remarcable.
Les Useres se sitúa alrededor de cultivos de secano, principalmente almendros (Prunus dulcis) y olivos (Olea europea) y algunas huertas y campos de labranza donde se plantan cereales. A continuación, deja paso a la interacción entre ecosistemas forestales y agrícolas. Se pueden observar antiguos cultivos donde van apareciendo pimpollos de pináceas y, posteriormente, bosquetes de juníperos. Las masías que se encuentran cercanas a los caminos suelen tener antiguos cultivos y restos de olmos (Ulmus minor) u otras especies de árboles. Alrededor de los ríos o riachuelos se puede encontrar una vegetación típica de ribera (Populus). La aparición de quercíneas y pináceas es un indicativo en el camino de la cercanía al Parque Natural de Penyagolosa. Cabe destacar que junto al Ermitorio de Sant Joan prevalecen las pináceas. Les Useres, desde el punto de vista bioclimático, está situado en el piso mesomediterráneo, que se caracteriza por especies como Pinus halepensis, Genista valentina, Lonicera implexa, Quercus coccifera, Smilax aspera, Thymus piperella, Ulex parviflorus, Viburnum tinus, Cytisus patens, Daphne gnidium, Erica multiflora, Fraxinus ornus y Clematis flammula. El itinerario transcurre hacia Sant Joan y la abrupta orografía hace que se vaya subiendo hacia el piso supramediterráneo, donde se encuentra el ermitorio de Sant Joan de Penyagolosa.
La población de Les Useres geológicamente se asienta en el periodo cretácico, sobre calizas y margas. Posteriormente, y prácticamente en la totalidad del trascurso del itinerario hasta Sant Joan, la litología inicialmente corresponde a calizas, margas y calizas ferruginosas, y posteriormente a calizas y margas; se vuelven a percibir tras estas las calizas ferruginosas, margas y calizas y, previamente a Sant Joan, se perciben margas y margocalizas. La litología va variando en función de la orografía y la época cretácica, y aparecen en zonas arenas y arcillas. Llegando a Sant Joan de Penyagolosa se perciben materiales del periodo cretácico tales como calizas, calizas ferruginosas, margocalizas y calizas arenosas, dolomías, areniscas, margas, arenas y arcillas.
El inicio del camino está marcado por la potente presencia antrópica, encontrando medios agrícolas con cultivos de secano abancalados, principalmente almendros, en los que podremos observar sin dificultad serines verdecillos o incluso alcaudones comunes. Buena parte del camino hasta llegar a Xodos está dominado por matorral mediterráneo y maquias, donde se puede observar alondra totovía. En las proximidades de Xodos empiezan a hacerse más patentes los arbolados de pino laricio (Pinus nigra) en mosaico con pino silvestre (Pinus sylvestris), donde se puede observar piquituerto común.
En cuanto a la fauna asociada a este ecosistema, podemos afirmar que es rica y variada, e incluye todo tipo de animales. Es de destacar entre los mamíferos la presencia de zorro rojo, jabalí, ardilla roja y cabra montés. También se pueden encontrar especies cinegéticas como el conejo y la perdiz, ya que el camino actúa como corredor natural. Con algo de suerte, se puede disfrutar de la visión de gran cantidad de reptiles. Cabe destacar el lagarto ocelado, la culebra bastarda y la culebra viperina.
El camino de Les Useres avanza hasta el Corral Blanc, una construcción de piedra en seco lindante con el término de Llucena, entre pequeñas masías y construcciones de piedra en seco. Una de las paradas de los peregrinos es el Mas de Blai de la Vall, donde la senda cruza la masía pasando por norias de extracción de agua y una fuente con balsa y abrevadero. El itinerario sigue hasta Sant Miquel de les Torrocelles, ermita fortificada de orígenes islámicos. Siguiendo en dirección a Xodos, a través de varias masías, el camino encuentra construcciones como el Mas de Noguera o el Mas d’Ahicart de Dalt, donde, subiendo la loma Bernat a través del paisaje montañoso, se llega a la Vega. Su peirón y la propia masía anticipan la llegada a la población de Xodos.
La celebración de esta peregrinación desde Les Useres hasta el santuario de Sant Joan de Penyagolosa tiene lugar durante el viernes y el sábado últimos del mes de abril de cada año. El guia, els pelegrins, els cantors, les càrregues y les promeses comienzan su itinerario hacia el ermitorio. La ancestral peregrinación tiene paradas donde los peregrinos rezan, comen o descansan; estos hitos son los siguientes: el Filador, el Corral Blanc, el Mas de la Vall, Sant Miquel de les Torrocelles, fuente del Mas d’Ahicart, la loma Bernat, la fuente de Els Possos, el Marinet y el ermitorio de Sant Joan de Penyagolosa. Allí, els pelegrins pasan la noche en la cova, una pequeña habitación donde descansan y rezan alrededor de una hoguera. Al día siguiente se despiden con una misa del ermitorio y emprenden el camino de vuelta por el mismo itinerario, exceptuando que en la segunda jornada entran en Xodos. Para la entrada en Les Useres los peregrinos se descalzan, encienden el farol y penetran en el pueblo pisando la verde alfombra o enramà de hiedra y enredadera que momentos antes terminaron de poner las mujeres y los niños. Tras pasar por la ermita del Loreto y la del Crist de l’Agonia llegan a la iglesia parroquial, donde se canta el último responso. Al día siguiente se celebra la Missa dels pelegrins y se despide el ritual a esperas de que se cumpla la plegaria de obtener salud, paz y lluvia.
En la actualidad quedan tramos empedrados en prácticamente todos los itinerarios a Sant Joan de Penyagolosa. Aunque de distintas dimensiones, de diferentes tipos de piedra y en un estado de conservación variable, cabe destacar la importancia de la conservación de estos tramos.
Los itinerarios culturales valencianos son patrimonio material que debe conocerse, preservar y transmitir. Los caminos valencianos vernáculos no se pueden fechar con certeza, pero entre las variantes encontramos caminos reales, caminos de carro, caminos de herradura, senderos y un largo etcétera. El uso de los caminos perdió su vocación cuando, a mitad del siglo XX, el éxodo rural acabó prácticamente con el sistema de vida masovero arraigado secularmente en la zona de Penyagolosa. En otra época la voluntad era facilitar los accesos a cada lugar del territorio, por lo que era necesario asegurar la durabilidad de los caminos, por esta razón, en algunos casos, se procedió a su empedrado.
Los caminos se empedraban en lugares donde se corría el riesgo de que el firme se deslizase: terrenos muy húmedos y con presencia importante de barro, para reducir la erosión producida por los torrentes de agua, donde el tránsito de animales es intenso, como en los tramos más próximos a los pueblos, y para crear una pendiente constante en los tramos más empinados y facilitar de este modo la subida y bajada de los animales cargados.
El empedrado consiste en el pavimentado del firme de un camino con piedras trabadas unas con otras. Las piedras que conforman el empedrado no están unidas con ningún material ni argamasa, sino que mantienen su posición por el contacto entre ellas. Los espacios donde no hay contacto se rellenan con piedra más pequeña y tierra de la zona para acabar de trabar su movimiento.
Los tramos empedrados forman parte de un patrimonio muy vulnerable que sin mantenimiento corre el riesgo de desaparecer en un período corto de tiempo. Por tanto, hay que pedir la concienciación de todos los usuarios de los caminos en su preservación. Igualmente, se debe evitar llevar a cabo usos agresivos de las zonas pavimentadas.
