Aunque no existe noticia concreta de que alguna vez existiera una rogativa hasta Sant Joan, hay que destacar que la transmisión oral de los vecinos de Villahermosa así lo apunta. A pesar de esta incertidumbre, el itinerario que une esta población con la ermita es un nido de biodiversidad y esplendor paisajístico. En sus 11 kilómetros, el senderista se adentra en el barranco del río Carbo. Este río de caudal variable pero continuo, baja desde el macizo de Penyagolosa dando vida a diferentes núcleos vernáculas como Cardás, el mas de Coria, la masía Roncales, etc. Se debe prestar atención a los cambios de la vegetación en función de la altura, ya que desde el pueblo hasta el punto más alto de la ruta la diferencia es de unos 600 metros.
En la población de Villahermosa del Río afloran materiales tanto del periodo cretácico como del Triásico. En el Cretácico se perciben calizas, margas y calizas ferruginosas, mientras que en el Triásico se observan dolomías. Iniciando el itinerario hacia Sant Joan de Penyagolosa persisten los materiales cretácicos y en el nacimiento del río Carbo se vuelven a distinguir las dolomías. Posteriormente, el itinerario va variando los materiales en función de la orografía, aunque siempre de la época cretácica. Tras las dolomías del Carbo aparecen areniscas, arcillas y calizas y, posteriormente, junto a las areniscas aparecen las calizas arenosas y calizas. Sant Joan de Penyagolosa se asienta sobre materiales del periodo cretácico. Aunque los materiales observados pertenecen al mismo periodo, presentan mucha diversidad. En los diferentes recorridos realizados se han reconocido: calizas, calizas ferruginosas, margocalizas y calizas arenosas, dolomías, areniscas, margas, arenas y arcillas..
El camino se caracteriza por la influencia del río Carbo en la vegetación y especies presentes, pudiendo encontrar mirlo acuático, o zarcero pálido. Crece la vegetación de ribera y bosques maduros en los que se puede observar al colirrojo real. En bosquetes maduros de enebros podremos observar a la curruca mirlona y al zorzal común. El camino también discurre por carrascas en pedregales, bosques de pino y cultivos de secano. Entre los anfibios son frecuentes el sapo corredor y el sapo partero, y entre los reptiles la culebra lisa europea y la víbora. También existe una población de jabalí, cabra montés, corzo y de pequeños roedores.