En el interior de Castellón, en las faldas del imponente pico Penyagolosa, se levanta el santuario dedicado a San Juan Bautista. Un sitio único, lleno de misterio y destino de peregrinaciones que se suceden desde tiempos de la conquista cristiana. Desde el santuario de San Juan Bautista, a través de una serie de caminos, llegaban las rogativas desde varios municipios, cada uno de ellos con sus propias consuetas y rituales. Una herencia que ha perdurado hasta nuestros días y ejemplo son els Pelegrins de les Useres o las rogativas de Culla, Vistabella del Maestrat, Xodos o la vecina población de Puertomingalvo de Teruel.
La cultura y las tradiciones de este entorno no sólo son importantes por su sentido religioso y místico, sino también por la existencia de unas vías de comunicación que unen a todos los pueblos y que se han conservado a lo largo de los siglos. La necesidad del pasado ha hecho que a día de hoy podamos gozar de un importante patrimonio arqueológico, arquitectónico, ecológico, etnológico e inmaterial único.
El proyecto “Caminos de Peñagolosa” parte del acuerdo entre la Diputación de Castellón y la Universidad Jaume I. Nace en el año 2014 con la voluntad de investigar y poner en valor los itinerarios que van desde Atzeneta del Maestrat, Castillo de Villamalefa, Culla, les Useres, Llucena, Ludiente, Puertomingalvo, Villahermosa del Río, Vistabella del Maestrat y Xodos hasta el ermitorio de San Juan de Peñagolosa para que algún día puedan ser declarados Patrimonio Mundial por la Unesco.
Con el paso de los años, se ha trabajado señalizando los itinerarios, se han organizado jornadas de investigación, jornadas de centros históricos, se han publicado trabajos académicos, se ha realizado una exposición, se ha realizado una unidad didáctica, etc. En ese sentido, es necesario agradecer a todos los voluntarios y voluntarias el trabajo desinteresado que han hecho durante estos años para que las tradiciones y costumbres, la arquitectura, el paisaje, la religiosidad, etc. no sean cosa del pasado, sino un resorte para el futuro. Las facilidades dadas, el entusiasmo y la motivación para que cada rincón de Peñagolosa, cada camino y cada calle tuvieran una historia, una anécdota y un valor incalculable será siempre recordado.